El zamak siempre ha sido nuestra opción preferida incluso mucho antes de que se pudiera de moda el acero inoxidable. ¿Por qué seguimos apostando por él a la hora de elegir nuestros colgantes con los que podéis personalizar vuestros propios complementos?
En comparación con el acero, el zamak tiene más versatilidad en el proceso de fabricación y ofrece oportunidades creativas que el acero simplemente no puede igualar. Vamos a sumergirnos en las razones por las cuales el zamak es más versátil en cuanto a piezas y calidad frente al acero inoxidable.
1. Moldeado versátil: El zamak, a diferencia del acero, es increíblemente maleable. Esto permite a los diseñadores de las fábricas crear piezas intrincadas y detalladas que capturan la esencia de su visión creativa. El proceso de moldeado del zamak es más flexible, brindando la posibilidad de explorar formas únicas y complejas que serían difíciles de lograr con el acero, que generalmente se presenta en láminas planas.
2. Detalle excepcional: La capacidad del zamak para mantener detalles finos y delicados durante el proceso de fabricación es insuperable. Esto significa que los diseñadores pueden plasmar sus ideas más elaboradas y refinadas, creando piezas de bisutería que no solo son hermosas, sino también un testimonio del arte y la artesanía.
3. Mayor variedad de acabados: El zamak ofrece una amplia gama de opciones de acabado que permiten a los diseñadores experimentar con texturas, colores y estilos. Desde acabados brillantes y pulidos hasta texturas mate o envejecidas, el zamak brinda a los creadores la libertad de personalizar sus piezas de manera única y expresiva.
4. Peso ligero, estilo pesado: A diferencia del acero, conocido por su densidad y peso, el zamak proporciona una alternativa más ligera sin comprometer la calidad ni la durabilidad. Esto no solo hace que las piezas de bisutería sean cómodas de llevar, sino que también amplía las posibilidades de diseño al explorar formas y tamaños sin las limitaciones del peso.
5. Innovación en cierres y conexiones: Gracias a su maleabilidad, el zamak facilita la creación de cierres y conexiones ingeniosas y funcionales. El acero, al no ser tan maleable, se rompe a los pocos usos si se usa una pieza de ese material que se abra y se cierre, sin embargo, el zamak al ser más moldeable, resiste más tiempo estas manipulaciones.
Desde la flexibilidad en el moldeado hasta la posibilidad de explorar una variedad de acabados, el zamak ofrece a los diseñadores la libertad de dar vida a sus visiones de manera única.